Francisca de Pedraza, vecina de Alcalá de Henares y primera mujer que denunció violencia de género, pleiteó sin éxito en la justicia ordinaria y en la eclesiástica, siendo la justicia de la Universidad de Alcalá de Henares la que atiende sus reivindicaciones, obteniendo una sentencia condenatoria al maltratador y una orden de alejamiento en 1624.