Monodrama
Cuando nacemos ¿empezamos a vivir o empezamos a morir? ¿La botella está medio llena o medio vacía? ¿Quiénes somos? ¿A dónde vamos? ¿De dónde venimos? ¿La verdad? ¿Cuál es la verdad?
Con la ingenua mirada, tierna y certera, de un niño, a través de la cerradura, descubrimos, a veces con sonrisas y otras con pena, retazos de la memoria que nos marcan y determinan inexorablemente quién y cómo somos los adultos. Con humor, nos descubre la vida-la muerte, la violencia-la guerra, los héroes de referencia, la escuela, la religión, la patria, el sexo (cómo se hacen los hijos, de dónde vienen? ) a los que una vez fuimos niños y despertamos de una forma parecida al mundo adulto, recordándonos (agitación social de conciencias) esas preguntas sin respuesta que hemos dejado atrás, esas asignaturas pendientes. Ausencia de pudor como sólo los niños pueden hacer, evolucionando desde la mirada graciosa y divertida de sus anécdotas hasta el horror que experimenta por la ausencia de palabras -“eso son palabras”- que den sentido a la vida. ¿Todo es mentira? ¿No hay verdad? ¿La vida es absurda? ¿Quién o qué puede dar sentido a la vida?
¿Y… el amor? ¡Ay el amor!
Primer premio al mejor actor, Primer premio a la mejor escenografía, Segundo premio a la mejor dirección, Segundo premio a la mejor obra en el IV Festival Francisco Nieva de San Clemente (Cuenca).