Rosetta, madre abnegada y muy trabajadora, jamás pudo ver su vida en colores. Todo enella fue siempre en gris.Empleada en la casa de una marquesa con pretensiones, con un marido vago que esportero los domingos en el Coliseo, un hijo drogadicto y desconsiderado, una hijaprostituta y rodeada de vecinas con ínfulas y cortas de espíritu, sólo cuenta con unamano donde agarrarse: una buena amiga, pero con dobleces.Mas... la suerte le quiso ofrecer un regalo, dibujar esos colores que siempre habíanfaltado a su alrededor. La vida le brindó una visita inesperada, una visita que llegó aborrar ese gris... por suerte o por desgracia.