A veces, hay que decir menos para expresar más. Estamos ante una obra que obtuvo un merecido premio al texto teatral, y la hemos llevado del libro a la escenario, haciéndola bailar, cantar y jugar, entre retales de lo que fue una niñez y lo que quedó de un pasado... Avanzaron en el tiempo sin necesidad e mudar de ropa, y quedaron enraizadas entre esas esquinas, las niñas de corazones, manos y ojos crueles, coletas , cintas y tirabuzón.Es mejor verlo para poderlo creer. Un espectáculo donde hasta el aroma, nos llevará a la casa de la familia Malariana Décimas.