Alejados de la vista de extraños, con la discreción que requieren las
tareas de Estado, tres funcionarios se afanan en un quinto subsuelo en
delimitar los síes y noes en una lista de personajes relacionados con las
artes y galardonados, en otro tiempo, con el premio Vitalicios.
La única relación de los funcionarios con el mundo exterior es a través
de un montaplatos. La voz de su jefa, Martina, les guía en sus obligaciones.
En sus momentos de descanso charlan e intercambian las experiencias y tareas
que han llevado a cabo cada uno en pro del Estado del Bienestar...