Partimos del hecho que cada persona es un mundo y el mundo está lleno de personas deseosas de compartir su vida con los demás; vida que -en la mayoría de los casos- está marcada a fuego por algún suceso que las ha llevado a recogerse en sí mismas como si fueran caracoles y necesitan de algún modo soltarlo para liberarse.
Dicen que el primer paso para conseguirlo es verbalizar el problema. En ¡SUÉLTATE!, nuestros protagonistas lo harán con humor - ¡siempre con humor!, aunque sea más negro que el carbón- y, para ello, se ayudarán de insospechados personajes o utilizándonos a nosotros como sus &ldquo