EL CANAL quiere ser un alegato contra la represión y la explotación, utilizando la fuerza expresiva del teatro y la música.
En los primeros y más duros años de la dura dictadura franquista, los campos de concentración y trabajo fueron la manera que tuvo el fascismo para, además de torturar y humillar a los luchadores por la libertad, sacarles rendimiento explotándolos económicamente, con la construcción de obras públicas de las que, como siempre, se beneficiaban los más poderosos. Los prisioneros se organizaron como batallones de trabajadores y se distribuyeron por toda España.
En 1937 habían 28 campos de concentración y meses después, ya en 1938, funcionaban 45 campos y 50 batallones de trabajadores. Así hasta un total de 141, número máximo de campos de concentración, que se alcanzaron en 1943. El último campo de concentración que existió fue el de Los Merinales, en término municipal de Dos Hermanas, que estuvo dedicado a la construcción del Canal del Bajo Guadalquivir, para la puesta en riego de los campos de los grandes propietarios latifundistas de la zona. Este campo originó la consolidación del barrio de Bellavista, donde residieron muchos familiares de los presos del campo de Los Merinales.
Al estrenar esta obra, queremos expresar nuestro profundo reconocimiento y agradecimiento a todas las personas que dieron su vida, o sufrieron cualquier tipo de represión, por defender la libertad frente a la dictadura franquista. Muy especialmente, para los que sufrieron los Campos de Concentración y trabajos forzados y a sus familiares, también víctimas del fascismo.