El desconcierto surge cuando el elenco de actores se encuentra con la imposibilidad de representar su obra por motivos ajenos a su voluntad, dando lugar a una serie de episodios de tinte cómico que tratan de solventar con canciones y buen ánimo para no defraudar al público asistente. La llegada de un representante de la Sociedad General de Autores hará tambalear definitivamente el espectáculo.