La historia de Maliayo Teatro comenzó en el año 2001, con un libro que quería hacer de memoria y recordatorio de esos paisanos y paisanas unidos por un interés común -el teatro- y un lugar –Villaviciosa-. Crónica teatral del Siglo XX. Villaviciosa fue ese primer paso que siempre hay que dar. Esa presencia etérea de aquellos grupos, por un lado, y las ganas de contar historias desde un escenario para emocionar y hacer pensar por otro, llevó a que este viaje, que todavía continuamos comenzase de la mejor manera posible: con un teatro lleno, riéndose y disfrutando. Un resultado emocionante, el público en pie, aplaudiendo al final de nuestra primera obra:
El Avaro de Molière.
Mención especial aquel 2003, Centenario del nacimiento de Alejandro Casona. Cada 23 de junio, aún recordamos el estreno de La dama del alba en un Teatro Campoamor lleno. Ese himno final acallado por el maravilloso estruendo de aplausos, los correos recibidos por el buen trabajo realizado, las estupendas críticas obtenidas, esa dama etnográfica que a más de uno de los presentes le trajo unos aromas del pasado que parecían ya olvidados. Esta obra nos hizo ir también, con un lleno en todas las salas, al Teatro Jovellanos de Gijón, al Teatro Palacio Valdés de Avilés y al Nuevo Teatro de la Felguera, entre otros. En ese año conmemorativo, homenaje al autor de Besullo, también realizamos otros espectáculos, además de charlas, publicaciones, y la participación en el Congreso Internacional realizado por la Universidad de Oviedo,... y que finalizamos en los años posteriores con una dramatización poética de El peregrino de la barba florida en la Catedral de Oviedo, con música en directo de orquesta y coros, y el montaje de El caballero de las espuelas de oro -estreno en Asturias- así como en casi todas las comunidades a las que fuimos después. Rescatando una obra que parecía olvidada y mostrando al numeroso público que asistió a todas aquellas veladas teatrales, como hay algunas obras que, aun pareciendo disfrazarse de otros tiempos, son de una gran actualidad y sirven como crítica y reflexión sobre aquello que nos rodea.
Con motivo del décimo aniversario de Maliayo Teatro decidimos enfrentarnos al reto de interpretar desde un prisma propio a un clásico, conocido y reconocido, como hay pocos: La ratonera de Agatha Christie. El éxito de público y crítica, tanto de espectadores como premios, hicieron que nuestro montaje, que se acercaba a la mirada oscura y fría del cine negro, tan en boga por los años 50, acabara quedándose fuertemente anclado a la historia del grupo. Ese mismo año la petición de colaboración del Ayuntamiento de Cangas del Narcea y de la UNED de participar en unas jornadas dedicadas a Alejandro Casona nos llevaron a preparar un espectáculo donde potenciar la parte menos conocida del autor asturiano: su poesía, sus relatos cortos y algunas lecturas dramatizadas de sus obras, para completar las acciones formativas de esta Universidad.
Posteriormente vendría el montaje de Toc Toc de Laurent Baffie, una comedia actual, divertida, hilarante y optimista, que supuso un giro total con la obra anterior. La intriga y el misterio dejó pasó a la “locura” de unos personajes que se encuentran en una sala de espera de un famoso psiquiatra y deciden tratarse a ellos mismo ya que el doctor no acaba de llegar. Esta obra que ha tenido un éxito mundial desde su estreno en París en 2005, de nuevo nos llevó por diferentes escenarios de dentro y fuera de Asturias, alcanzando el reconocimiento de los espectadores y de los jurados de diferentes certámenes.
Con motivo del 50 aniversario de la muerte de Alejandro Casona quisimos rendirle homenaje preparando el espectáculo Carta de una desconocida. Un monólogo apasionado que fue acompañado en directo por un pianista, personaje etéreo de esta historia de amor; y que estrenamos en su tierra, Cangas del Narcea.
En el 2016 y con motivo de los 400 años de la muerte de William Shakespeare quisimos conmemorar esta efeméride revisando desde una perspectiva contemporánea una de las grandes tragedias de este autor, Macbeth. Y utilizando su genial obra tanto como desafío escénico, como de análisis de nosotros mismos, con la intención de llegar a mostrar al público lo que el papel de regalo que nos rodea no nos deja ver.
Y en este punto, se produciría una eclosión que llevaría a un nuevo giro, la creación de obra propia y la creación de una nuevo nombre: Rizoma Escena, que nos acompañase para explicarle al mundo una nueva visión de lo teatral más pedagógica, más comprometida con la realidad actual y con una búsqueda de nuevos lenguajes y estéticas; una forma de relacionarnos con los otros y con nosotros mismos; un compromiso autoadquirido de ir más allá o más profundo, de reflexión sobre el hecho teatral y lo espectacular; para ello vamos ampliando formación en cursos nacionales e internacionales de interpretación, de dramaturgia, de espacio escénico, de iluminación…, investigando en laboratorios escénicos, formando a nuevos actores y nuevos técnicos, dando conferencias en Congresos sobre Teatro.
Y de esta nueva visión saldrían dos nuevos montajes: Vatericidio o el residuo de la realidad, La obra parte de una premisa clásica, casi vodevilesca, tanto en temática como en forma, para ir deconstruyéndose creando una pieza con múltiples planos de lectura que se solapan para crear un puzle asentado sobre la risa y la diversión. Una comedia hilarante para reflexionar sobre la posverdad y la posmodernidad, sobre esa forma tan actual de una creación de realidad creada día a día, de un mundo líquido, de un significante sin significado.
Carlos. Tormenta y Destino. Una obra de historia-ficción, utilizando uno de los episodios menos conocidos y menos estudiados de la vida de Carlos I, su primer viaje a España. El texto que transita entre lo lírico y lo histórico, busca crear una multiplicidad de imágenes en la cabeza del espectador, salpicadas por términos anacrónicos con la intención de no perder nunca la cercanía y la reflexión sobre el hoy, ya que nuestra intención es “hablar”, llegar y emocionar al público, tratando temas tan actuales como la situación de la mujer en la historia, la reflexión del poder y la política contemporánea.
Y siguiendo en esta línea, comenzada hace cuatro años, montamos – creamos esta Antígona, El grito de una mujer, para permitirnos soñar, imaginar, reflexionar… como la excusa perfecta para hablar de hoy, de nuestras inquietudes, de nuestros miedos y de nuestras ilusiones.
A lo largo de estos años Maliayo Teatro/ Rizoma Escena ha participado, obteniendo numerosos premios, en diferentes Festivales, Muestras y Certámenes de Teatro Amateur entre los que cabe destacar: “Certamen Nacional de teatro amateur Lagasca” de El Barco de Ávila, “Certamen Nacional Ciudad de Benavente”, “Certamen Nacional Ciudad de Arévalo”, “Certamen Nacional de Teatro Aficionado de Alfajarín” (Zaragoza), Certamen Nacional de teatro “Villa de Vitigudino” (Salamanca), Certamen de Teatro Clásico “La Vida es Sueño” de Moratalaz (Madrid), Certamen Nacional de Teatro Aficionado “Valle de Laciana” de Villablino (León), Certamen Nacional de Teatro Aficionado del “Camino de Santiago” Carrión de los Condes (Palencia), “Festival de Teatro de Villacañas” (Toledo), Muestra Nacional de Teatro Aficionado “Villa de Móstoles”, Certamen Nacional de Teatro Amateur “Ciudad de La Bañeza” (León), Festival de Teatro Amateur “Ciudad de Oviedo” (Asturias), Premios Escenamateur de las artes escénicas (Madrid), Festival de Teatro aficionado de Torrelavega (Cantabria), Certamen de Teatro aficionado “Viaje del Parnaso” de Argamasilla de Alba (Ciudad Real), Certamen Nacional de Teatro Aficionado Villa de Navalmoral de la Mata (Cáceres), Muestra de Teatro Amateur “Villa de Biescas” (Huesca).
La historia de Maliayo Teatro/ Rizoma Escena no se queda únicamente en los grandes montajes ya mencionados sino que en sus diecinueve años de existencia también se han realizado propuestas más versátiles para poder llevarlas a pequeños pueblos que no dispongan de caja escénica; representaciones en colegios; recreaciones y teatro de calle; grabaciones de obras para televisión; monólogos; colaboraciones con otras asociaciones; conferencias, talleres, actos benéficos,… un sinfín de actividades que hace que un grupo de gente convierta su afición en una pasión y que crea que el teatro es un espejo donde poder mirarse, a cada uno de nosotros y como colectividad, en el que hay momentos de risas y diversión, dramáticos y reflexivos, que es una muestra de vida sobre un escenario al que nos gusta asomarnos para mantenernos vivos y seguir descubriendo cosas.